Un dia el Conde Lucanor le contó a Patronio su consejero, que un hombre rico y poderoso se iba de sus tierras i le dijo a el Conde si se las queria quedar. El Conde le pidió consejo a Patronio, y le conto esta história.

Habia una vez un rey que tenía un ministro el cual confiaba mucho, los demás privados le tenian muha envidia, asi que un dia le dijeron al rey que el ministro planeaba matarle para que su hijo subiese al trono. 

Un dia decidio ponerle a prueba para ver si era verdad. El rey le dijo que estaba cansado de la vida repetidas veces, y cuando por fin lo vió convencido, le dijo que se iba a irse para hacer penitencia de sus pecados. El ministro intentó dissuadir-lo. Entonces el rey le dijo que le entregaria todos los fuertes y seria el encargado de proteger a su mujer y a su hijo. Este ministro tenia como cautivo a un hombre sabio y le pedio consejo. El sabio le dijo que corria graves riesgos si lo aceptaba. Entonces el ministro siguiendo los consejos del sabio se rapó la cabeza y la barba, se vistió con un túnica muy tosca i se puso unos zapatos rotos. Antoes del amanecer se dirigió al palacio. Cuando se reunió con el rey le dijo que si el se iba el lo seguria por todos lo favores y honores que le han echo.  El rey entonces pensó que los otros privados le estuvieron apunto de engañar y le agradeció al ministro toda su lealtad. 

Patronio le dijo al Conde que su amigo solo le estaba probando su amistad.

Moraleja:

No penséis ni creáis que por un amigo

hacen algo los hombres que les sea un peligro.