Otra vez, hablando el Conde Lucanor con Patronio, le dijo:

-Patronio, me han asegurado que unos nobles, se están juntando contra mí y, buscan la manera de hacerme daño; yo no lo creo ni tengo miedo, pero, como confío en vos, quiero pediros que me aconsejéis si debo estar preparado contra ellos.

Y le volvio a explicar otra historia

-Señor Conde Lucanor la golondrina vio que un hombre sembraba

lino y, pensó que, cuando el lino creciera, los hombres podrían hacer con él redes y lazos para cazar a los pájaros. Se dirigió a las aves, los reunió y les dijo que los hombres habían plantado lino y que, si llegara a crecer, debían estar seguros de los peligros y daños. Por eso les

aconsejó ir a los campos de lino y arrancarlo antes de que naciese. Sin embargo, las demás aves no le dieron ninguna importancia y no quisieron

arrancar la simiente. La golondrina les insistió, hasta

que vio cómo los pájaros no se daban cuenta del peligro ni les preocupaba; pero,

mientras tanto, el lino seguia creciendo. Cuando los pájaros vieron que el lino estaba ya muy crecido y que no podían reparar el daño que se les avecinaba, se arrepintieron por no haberle puesto remedio antes.

Viendo la golondrina que los demás pájaros no querían remediar el peligro que los amenazaba, habló con los hombres, se puso bajo su protección y ganó tranquilidad y seguridad para sí y para su especie. Desde entonces las golondrinas viven seguras y sin daño entre los hombres, que no las persiguen. A las demás aves, que no supieron prevenir el peligro, las acosan y cazan todos los días con redes y lazos

Señor Conde Lucanor, si queréis evitar el daño que os amenaza, tomad precauciones antes de que sea ya demasiado tarde.

Moraleja:

Los males al comienzo debemos arrancar,

porque una vez crecidos, ¿quién los atajará?